La Falsificación y Alteración de la Moneda Mexicana.Parte 6.

Continuamos con la sexta parte de la interesante conferencia del 9 de marzo ofrecida en nuestra asamblea No. 734


Texto e imágenes: Lic. Manuel Farrera.
Transcripción: Jesús Amín Tejas C.




FALSIFICACIONES MODERNAS, FALSIFICADORES RELEVANTES 


El 25 de agosto de 1925 se funda por decreto el Banco de México, inaugurandose hasta el 1° de septiembre por el presidente Plutarco Elías Calles, iniciando inmediatamente sus funciones como regulador de la circulación monetaria y Banco único emisor de billetes en el país.

Con el fin de recuperar la confianza de la población en el papel moneda, se determinó que los billetes del Banco de México fueran de aceptación voluntaria, garantizando su cambio a la par por monedas de oro en las oficinas del propio banco (talón de oro); para la elaboración de los billetes se recurrió nuevamente a la American Bank Note Company (ABNC).

Los billetes de mayor denominación no estaban al alcance del pueblo en general.



En 1931 se desmonetizó el oro como medio circulante y los tenedores de billetes se apresuraron a cambiarlos por metálico, para ello, el banco solventó la crisis utilizando gran parte de sus reservas, paralelamente se hizo llegar reservas de plata para sustituir la garantía cambiaria, la cual estuvo vigente hasta 1935, momento en que se vuelven de aceptación forzosa y sin esperanza de obtener conversión.


Después de las intensas falsificaciones de la época revolucionaria, el Banco de México, ya ubicado en su sede actual y siendo el único órgano de emisión, se mantuvo al margen de la falsificación de sus billetes durante los primeros 15 años de vida.





Alfredo Hector Donadieu, alias “Enrico Sampietro”, es recordado como uno de los mejores falsificadores del mundo;  entre 1930 y 1948 se dedicó a falsificar billetes nacionales y extranjeros elaborándolos con extraordinaria calidad debido a sus habilidades artísticas.

Para ubicar la primera falsificación de billetes emitidos por el Banco de México, es necesario remontarse a octubre de 1934 cuando se detectó en la Ciudad la circulación de una considerable cantidad de billetes de 20 dólares falsos, al parecer provenientes de Cuba, luego de una serie de investigaciones y algunos informes proporcionados por la Policía de la Isla, fue detenido el falsificador de fama internacional el 21 de junio de 1937.


Alfredo Hector Donadieu tenía antecedentes por falsificación en varias partes del mundo, los cuales eran conocidos por la Interpol con los “ALIAS” de Adrian Dreesky, Alfred De Villa, Henry Alfred Rey, Adrian Harles Delmont y  Enrico Sampietro Del Monte.




Se le tomaron pruebas caligráficas a Sampietro, algunas directamente en billetes de 20 dólares, concluyendo que él era el autor de la falsificación; así, la evidencia incriminatoria fue suficiente para que fuera detenido, enjuiciado y sentenciado a ocho años de prisión en la temida cárcel de Lecumberri.




Durante su reclusión se le permitió dibujar, demostrando con esto que poseía extraordinarias habilidades artísticas; así, los retratos y dibujos elaborados por Enrico en prisión le dieron la oportunidad de obtener recursos económicos y hacerse notar entre las personas los días de visita.



El Sacerdote Jesuita José Aurelio Jiménez, quien era líder de una organización clandestina llamada "La Causa de la Fe", visitaba en la prisión de Lecumberri, a 3 presos que habían sido parte un grupo Cristero; es durante estas visitas cuando conoce a Sampietro apreciando inmediatamente su arte, por este motivo decide apoyarlo ofreciéndole garantías y facilidades para fugarse de prisión a cambio de elaborar falsificaciones de billetes con el fin de perjudicar al Estado anticlerical.

Es así como el 20 de julio de 1938 se fuga de prisión, junto con los otros 3 miembros del grupo Cristero que estaban detenidos, desconociéndose su paradero por varios años.




A mediados de 1941 se registró la primera falsificación de billetes del Banco de México, esta fue realizada en la denominación de 50 pesos de la serie -L- correspondiente a la segunda emisión; estos fueron hechos con placas elaboradas bajo la técnica de grabado, lo cual les dio gran calidad para circular sin ser detectados.


En la investigación se vieron involucradas personas muy conocidas y acaudaladas de la sociedad Tampiqueña, entre ellos los hermanos Arango y Cruz quienes eran prósperos comerciantes e industriales dueños de ferreterías y supermercados. Aunque la policía descubrió en el Hotel Inglaterra varios artículos relacionados con la falsificación, no pudieron encontrar al autor material del delito y al poco tiempo se lograron desvanecer las acusaciones en contra de los implicados con la consecuente indignación de la opinión pública y el eminente fracaso de la investigación policiaca.




La primera falsificación de billetes provoco un escándalo mayúsculo para el Banco de México, lo que constituía una tragedia que le desprestigiaba; así, las críticas de la sociedad y de la Prensa no se hicieron esperar en contra del Instituto Central.

Estos hechos motivaron al entonces Director del Banco de México, Lic. Eduardo Villaseñor, a crear una oficina especializada en la prevención de la falsificación y circulación de moneda falsa; al efecto, se procedió a invitar al entonces ya prestigiado Criminólogo, Dr. Alfonso Quiroz Cuarón para colaborar con ellos naciendo así el Departamento de Investigaciones Especiales, actual Subgerencia de Atención a la Falsificación de Moneda.



La oficina originalmente situada en el 4° piso del edificio "Garantías" de la calle de Marconi esquina con Tacuba en el Centro, inicialmente se dedicó íntegramente a la recopilación de informes para la formación de un archivo completo de las técnicas de reproducción y los procedimientos implementados por los falsificadores registrados a nivel internacional, clasificando sus actividades en las diversas modalidades de este delito.

Tomando como base los procesos de fabricación de billetes auténticos en comparación con los falsos, el Dr. Quiroz Cuarón elaboró un dictamen minucioso respecto de la primera falsificación de los billetes del Banco de México, en el cual determinó: “A juzgar por el método de la falsificación que se tenía registrado, el verdadero autor de las falsificaciones de Tampico no podía ser otro que Enrico Sampietro, pues la técnica era la misma que utilizó para falsificar dólares en Cuba, algunos de los cuales habían circulado en México"

Teniendo la posibilidad de identificar al falsificador, tanto por la técnica utilizada como por la conjetura de su fuga, se inició una investigación muy laboriosa para dar con su paradero, investigando al Sacerdote José Aurelio Jiménez Palacios.




En tanto, en el año de 1944, Enrico Sampietro se involucró en nuevas falsificaciones de billetes de la denominación de 100 pesos, primero de la serie -N-. posteriormente de la serie -O-.



"El 10 de enero de 1944 los efectos negativos de la falsificación de billetes de 100 pesos de las series N y O, descubiertas por los peritos del Banco de México, pudieron ser conjurados rápidamente, al enterarse del caso el Director de la Institución,  Eduardo Villaseñor, dispuso todo lo necesario para dar la batalla contra los falsificadores; así, se dieron a la tarea de controlar los billetes falsos y evitar cualquier alarma entre el público hasta lograr la captura de los facinerosos".






En 1946, Sampietro falsificó billetes de 20 pesos de los de la Serie -Q-, Tercera Emisión, que circularon con facilidad en el Distrito Federal por dos años sin ser detectados, hasta que fueron asegurados por el sistema bancario. Las imágenes a continuación nos revelan porqué no fueron fácilmente detectados.




Sampietro elaboró matrices para elaborar billetes de 100 pesos en 1948, de los de la Tercera Emisión, estos no llegaron a circular toda vez que cuando fue detenido se encontraba aún probando tintas para la impresión; fue nuevamente detenido y confesó que las falsificaciones eran realizadas para el grupo Cristero que encabezaba el Sacerdote José Aurelio Jiménez, quien aseguraba que la falsificación causaba grave daño al Estado.

No obstante el total de los billetes falsos que circuló, estos no le causaron ningún daño a la economía del país. Lo que sí afectó en gran parte fue a cajeros y personas de escasos recursos.

Este fue el fin de su carrera delictiva en México.


Sampietro fue deportado en 1961 a Francia tras cumplir una condena total de trece años.



El Dr. Alfonso Quiroz Cuarón, mantuvo contacto con él en Francia, donde sus actividades eran vigiladas por las autoridades francesas.


En una ocasión que lo visitó, Sampietro le regaló algunos de sus trabajos, mismos que fueron conservados por el propio Banco de México.







Comentarios

Entradas populares